cosas. Yo no sé lo que los
míos digan.
A veces creo que es
in-evitable que hablen.
Yo quisiera que las miradas
se conocieran entre ellas,
y que crearan un lenguaje
nuevo, un idioma mutuo.
Que al cambiar de colores
los iris, que al dilatarse o
contraerse las negras pupilas,
palpitaran en códigos
que sólo ellos, los ojos,
comprendieran.
Desde el metro, veo así las mañanas:
el sol escondido tras la silueta de las montañas,
en el cielo, unos cirros tornasol a lo lejos,
todo está frío, todo está gélido.
Y esas nubes con colores de burbujas,
especie de bufanda o sombrero suspendido por el viento,
un poco más arriba que la cima de la cordillera.
Entonces,
si pudiste verla,
te la cedo.-
el sol escondido tras la silueta de las montañas,
en el cielo, unos cirros tornasol a lo lejos,
todo está frío, todo está gélido.
Y esas nubes con colores de burbujas,
especie de bufanda o sombrero suspendido por el viento,
un poco más arriba que la cima de la cordillera.
Entonces,
si pudiste verla,
te la cedo.-